El ‘modelo sueco’ de lucha contra el coronavirus, basado en el ‘confinamiento inteligente’ y la responsabilidad social, está arrojando los resultados esperables a medida que la pandemia se va desarrollando. Si se trataba de mantener un equilibrio entre la salud pública y la economía, los resultados económicos están por ver, pero los indicadores relativos a la salud pública son sensiblemente peores a los del resto de países nórdicos.
Según datos recogidos por el sitio web Our World in Data, Suecia cuenta en estos momentos con 361,02 muertos por cada millón de habitantes. En Dinamarca esa cifra es de 92,71; en Finlandia, de 52,88, y en Noruega, de 42,80. Con otro tipo de lectura, supone que Suecia tiene un muerto por cada 2.784 habitantes, Dinamarca, uno por cada 10.700, Finlandia, uno por cada 18.552, y Noruega, uno por cada 23.146.
En cuanto a casos confirmados de coronavirus, Suecia tiene un contagio por cada 344 habitantes, Dinamarca, uno por cada 535; Finlandia, uno por cada 876 y Noruega, uno por cada 649.
Suecia no ha interrumpido apenas actividades públicas por ley, si bien la última palabra al respecto la sigue teniendo la autoridad sanitaria. Su política se basaba en la recomendación de mantener la higiene, la distancia física, el teletrabajar, restringir los movimientos innecesarios, y sobre todo en el caso de personas con patologías previas y personas de edad.
Sin embargo, sus previsiones económicas no son mejores que las de sus vecinos: La UE no aprecia grandes diferencias en sus previsiones de evolución en los próximos meses